miércoles, 30 de julio de 2014

ISABEL






Plenilunio de mi vida y madre de todos los soles
Refugio de mis heridas
Consuelo de mis cicatrices  

Boca que desboca,
Melena que envenena.
Fuego purificador de mis pecados de antaño


Valhalla, Edén y Paraíso de los sentidos
Imperio de lunas
Batalla de otoños 

Rubia de rabia
Hambre de hembra
Hermana, madre, esposa y dueña de mis desvelos.


Estrella, asteroide, galaxia y constelación entera
Océano de azules
Viento de soledades 

Luz de mi taquicardia,
Veneno de mi melancolía
Estrella, asteroide, galaxia y consternación sincera.   

Un brindis por todos los apocalipsis que nos quedan por contemplar...  




sábado, 19 de julio de 2014

COME AND PLAY WITH ME IN THE GARDEN







Aprender a domesticar un elefante es nuestra asignatura pendiente...  

Rumiamos una vida vilipendiada, un juguete roto, un juego inconcluso, de espejos y de baches y de carreteras mal asfaltadas porque no quedaba brea y alguien dijo: "ninguna mujer es fea si se la mira llena de brea".  

Así construímos este país de episodios nacionales, de barlovento y cascoporro a babor y estribor por la gloria de Dios Padre que es hombre y erecto y figura su retrato en la colección de cromos Panini.  

Esta es la auténtica montaña rusa de la locura y de una mente llena de acertijos. Sexo, sesgo y sudor. Valor, calor y pavor. Susto, gusto y disgusto. Suerte, muerte y fuerte. Sida, vida y tila. Besos, pesos y presos. Diluvio, infortunio y pleniluinio. Bustamante y Bisbal, dinamita y amonal.  

El peso de mis pensamientos sobre una balanza obstusa. Why does my mind plays tricks on me? Estos son mis poemas de amor, la vacinilla de mis sentimientos.  

Te quiero decir que te quiero, pero sólo me sale un aullido surrealista por la gloria de Dios Padre hombre y erecto de cromos Panini que se me aparece en sueños con un pulpo bajo su chistera hablando en valenciano con un rosario de auroras, espantos y dientes de leche. Esta es la confesión de la neurona rebelde. Si está usted loco, pulse la tecla 1. Si está cuerdo, apriete un escroto contra la pared. Si tiene sed, beba orín de koala. Si tiene hambre, fría el escroto apretado previamente en una sartén con aceíte hirviendo. Si no se corresponde a ninguna de las opciones anteriores, deje de respirar apróxidamente el tiempo necesario hasta que pierda la vida. Si no quiere perder la vida, pase por la sección de imperdibles. Si quiere perder la muerte, apriete los dos escrotos fuertemente contra la pared y repita este mantra aspirado hacia dentro y dicho del reves: "Pablo Iglesias tiene ladillas, y las da de comer en empanadillas". Finalmente pulse su pezón izquierdo y salga del menu principal. Gracias por su colaboración y por su buen gusto a la hora de vestir falda escocesa.  

Te quiero decir que te quiero, porque te quiero, pero aprender a domesticar un elefante sigue siendo nuestra asignatura pendiente.   

jueves, 17 de julio de 2014

POR UN EJEMPLAR USO DEL IMPERATIVO EN NUESTRA LENGUA



Come baby light my fire...




Lo primero que he de decir es que Raquel Peláez hace un evidente buen uso del imperativo, uno de los muchos caballos de batalla con los que tenemos que lidiar los fascistas del lenguaje, la gramática y la ortografía como yo. Tantas aberraciones han visto estos mis sufridos ojos que he llegado a pensar que “ortografía” significa, directamente, “escribir con el orto”. “Venir aseados” (o aún peor, “venirse”), “traer perica buena”, o el clásico “comerme la polla” hacen sangrar a estas pequeñas ventanas miopes con los que me asomo al inmundo mundo cada mañana. De modo que qué menos que celebrar un título que incluye, lean bien, no uno, si no dos impactantes imperativos que nos invitan a una salvaje fiesta literaria de pirotecnia y locura. 

“¡Quemad Madrid! (o llevadme a la López Ibor)” suena a novela negra y gamberra. A uno de esos ajustes de cuentas en los que caemos en ocasiones los juntaletras para dar su merecido al inmundo mundo que nos rodea y patear el trasero de ignominias e infamias varias. Pero nada más lejos de la realidad. No hay maldad en el recorrido que la autora hace por la capital de nuestro apolillado imperio, si no un sentido homenaje plagado de ternura y humor hacía una ciudad de la que esta berciana destripa sus entrañas como si fuese la madre que la parió de lo bien que la conoce. En efecto, hay erudición geográfica y cosmopolita (hablar de Madrid es hablar del inmundo mundo) en este texto. Datos enlazados y disparados a un ritmo endiablado que harán al lector devorar las más de 200 páginas del libro prácticamente del tirón (también ayuda que tiene dibujitos, y muy monos, claro) El ritmo. Esa cosa abstracta que parece patrimonio de los bateristas de jazz pero que es motor ineludible de toda obra literaria que quiera ser realmente leída y no acabar bajo la pata coja de una mesa, como ha retratado siempre el imaginario humorístico popular. Y si el ritmo parece cosa abstracta, más todavía lo es eso de “escribir bien”. ¿Qué rayos significa escribir bien?, ¿trazar letras que parezcan figuras heráldicas sobre un papel?, ¿no cometer faltas de ortografía?, ¿hacer que el lector sienta mariposas en el estómago, o que vomite la cena de la noche anterior? (si hablamos de una novela de horror, parece que consiguiendo el segundo caso, desde luego sería una “buena” novela dentro de sus parámetros e intenciones) Yo siempre he pensado que “escribir bien” tenía sobre todo relación con “pensar bien”. Es decir, con tener una mente ordenada sobre la que se vayan colocando con inusitada suavidad y sin sentirse en ningún momento forzadas nuestras ideas o nuestros pensamientos, ordenados en fila y esperando pacientemente dar el salto desde nuestras cabezotas al papel. Claro que después de leer a tantos genios de mente desordenada cuesta mantener esta teoría. Sin embargo el ritmo, bueno, el ritmo es otra cosa. Concierto del desconcierto, terreno abonado a la anarquía literaria donde desaparecen las reglas y los dogmas y la única máxima es no aburrir. Por eso tengo claro que un libro que no se lee, si no que se devora, que no te gusta, si no que te absorbe, es, por narices, bueno. Y este es uno de esos casos. 

Admito que revoloteaba algún prejuicio sobre mí a la hora de enfrentarme a la lectura. Por un lado la amistad con la autora me sometía a un inquietante “a ver que digo yo como no me guste”. Por otro, el hecho de que la base de la obra estuviese instalada en un blog, cosa que suena, no me negarán, a literatura pobre. Y es que uno es un elitista. Mendigo y pobre, pero elitista, y piensa que la cosa esta de los blogs está bien para echarse un rato mientras tomas el café en una pausa en el curro, pero la literatura de verdad es otra cosa. ¡Y qué piense yo así, que pierdo de vez en cuando mis horas y mis fuerzas verbales juntando letras por aquí (o peor todavía, ¡escribiendo sobre baloncesto!) ¡ Estúpido prejuicio que el tiempo pondrá en su sitio. Los blogs pueden ser viveros de literatura colosal, como en el caso de esta obra. E imagino incluso que ese ritmo que se erige como el arma más brillante del texto surge precisamente de nacer en esa concepción breve y anfetamínica que suponían las entradas del blog de la autora. Finalmente como corpus funciona. Se lee de principio a fin como un delicioso viaje por Madrid, sus calles y sus gentes y sus anécdotas, su presente y su pasado. Sus porras y sus churros. Sus letreros de publicidad y sus parques. Sus prostíbulos,  sus bares, y sus cenáculos.   

Raquel Peláez, como buena hija de su tiempo, discurre las páginas de su libro entre la ternura y el humor, ingredientes que ya hemos citado. Exponente de una generación afortunada que ha recibido buena educación y cultura, pero sobre todo cultura del ocio. Ese ocio que a veces es arte, o arte que a veces es ocio, y no sabemos donde poner el límite diferenciador. Pero ese ocio que te hace poseer una mirada sentimental y vidriosa (al fin y al cabo la depresión es un lujo de Occidente) sobre lo que te rodea, aunque sea la cagada de una paloma sobre tu hombro. Y así pasamos la vida, sin mayor misterio, entre el llanto y la risa. Armados con latas de gasolina tras nuestras visitas al psiquiatra. 

No quisiera finalizar esta entrada sin ensalzar las ilustraciones del joven talento asturiano Alfonso Zapico (esos dibujitos tan monos), que sirven de perfecto maridaje para el plato de letras que nos ofrece la autora. Dibujos quietos, fijos y estáticos, pero que parecen cobrar vida y convertirse en animados cuando se les viste con las palabras de Peláez. Un estilo simple y efectivo que casa de manera extraordinaria con el relato urbanita del libro, ejecutado por parte de un dibujante con una capacidad de adaptación asombrosa. Para poner la guinda al pastel Raquel se permite el lujo de contar como prologista con ese constante escritor a descubrir que es Santiago Lorenzo, quien nos regalara aquel entrañable y azconiano “Los millones” editado en primera instancia por los gamberros psicotrónicos de Mondo Brutto en 2010 y gozosamente recuperado poco más tarde por la inefable editorial Blackie Books. El de Portugalete oficia de acomodador para en un breve pero muy certero prólogo invitarnos al banquete disparatado y verbal que esta berciana de mente rápida y prosa prodigiosa nos tiene preparado.  


Si después de todo esto no se sienten convencidos para correr a su librería más cercana y hacerse con un ejemplar del ejemplar libro del que estamos hablando de manera ejemplar, no me quedará más remedio que utilizar el tercer ejemplo de imperativo mal empleado que utilicé en mi primer párrafo. Eso sí, lo haré de manera ejemplar.    


Desde el Pirulí se ve un país... 

viernes, 4 de julio de 2014

FRANCIA-ALEMANIA



Por parte gala, en la portería Víctor Hugo, guardamallas de amplia trayectoria y recorrido, hábil con los pies y a la hora de de ordenar a la zaga. 

Una zaga en la que el plúmbeo Honore de Balzac, dando bocados de realidad, se convierte en el jefe de la defensa, claro que a su lado el naturalista Emile Zola es igualmente expeditivo y no se anda por las ramas. Ambos conforman una de las mejores parejas de centrales del continente. En los laterales, por la derecha Celine y por la izquierda Paul Eluard, hacen suyas las bandas de manera moderada sin perder el equilibrio. En el centro del campo el inmenso Theophile Gautier, capitán de la escuadra, crea juego de manera generosa para el lucimiento colectivo de sus compañeros, ahí a su lado se manejan Andre Breton, siempre imprevisible en su juego, y Jean Paul Sastre, contrapunto de cordura al genio iluminativo y creacionista de sus compañeros. Los franceses apuestan por un 4-3-3 que culmina con su deslumbrante tripleta atacante compuesta por Baudelaire, Rimbaud y Verlaine, cuyas ráfagas luminosas deslumbran sobre el tapete verde. Gloria a esta selección de cisnes, unicornios y albatros, que en el banquillo guarda otros genios como el resplandor Mallarmé, el juego a contrapelo de Huysmans o Cocteau y su visión de juego, por no hablar del joven talento Boris Vian esperando su oportunidad. Con mano sabia el viejo Rabelois ve reconocida su figura como padre de estos grillos maravillosos siendo el entrenador de la escuadra gala. 

Y enfrente los teutones del ruido y la tormenta. Desprovistos del lirismo y la fantasía de sus rivales, pero poseedores de un juego cerebral y pragmático. Salen al terreno de juego protegiendo la portería con su gigantesco guardameta Arthur Schopenhauer, arquero de gran envergadura que provoca el pavor entre los delanteros rivales. Su pareja de centrales es expeditiva y pragmática a partes iguales. Nietzche, el duro capitán, filosofa con el martillo y hace bueno el dicho “pasa el balón, pero no el jugador”, mientras que a su lado Kant saca el balón con maestría, con ese toque empírico y racional de prusiano viejo. Holderlin maneja la banda diestra con sus cabalgadas románticas, mientras que la siniestra pertenece a un E.T.A. Hoffman cuyo gótico azote castiga al sorprendido rival. Los alemanes se hacen fuertes en el centro del campo. Thomas Mann oye cantos de sirena para vestir otras zamarras, pero de momento dirige la orquesta alemana junto a Hermann Hesse formando ambos un sólido doble pivote donde los haya. Erich Maria Remarque impone su serenidad al lado de los dos mencionados trabajando entre el medio volante y la media punta, mientras que las alas quedan para la creatividad de Heine y Rilke, capaces de intercambiarse de banda ante la sorpresa de rivales y espectadores. Como ven Alemania apuesta por un 4-5-1 donde la vanguardia, la punta de ataque, queda en los pies de la joven promesa Bertold Brecht, contundente y creativo a partes iguales. En el banquillo germano abundan los pensadores de la pelota, Mendelssohn, Hegel, Schelling o Heidegger, junto a jóvenes valores del juego creativo como Heinrich Boll o Gunter Grass. Pero la figura más reconocida internacionalmente en la selección alemana la encontramos en la dirección técnica, donde Johann Wolfgang von Goethe confiere aureola de ilustrismo al recio combinado teutón. No puede haber entrenador más respetado y venerado por todos los que comprenden el arte que encierra este deporte.        


Mann y Hesse, el doble pivote alemán. 







miércoles, 2 de julio de 2014

PATADAS ADOLESCENTES



One, two, three, four!!!!


Hoy voy a hacerme autobombo (lo cual no quiere decir que vaya a embarazarme a mí mismo), aunque que es la vida si no un exhibicionismo constante e impúdico ya de por sí. 

Recientemente fui invitado a un programa de radio residente en la programación de la emisora Radio Ritmo Getafe. El espacio lleva por título “Cebollas Verdes”, en homenaje al célebre tema instrumental de Booker T & MG’s de 1962, y como podrán adivinar su temática es relativa a la mejor música popular de la segunda mitad del siglo XX y lo que llevamos de XXI: el rock and roll. De modo que tuve el honor de sentarme delante del micrófono y dedicarme por un buen rato a uno de los placeres más agradables que puedo concebir, como lo es el charlar de música y seleccionar unas cuantas canciones. Creo que a estas alturas de mi vida y después de muchos años como coleccionista de discos y seguidor de innumerables bandas, no se puede decir que sea, lo que se dice, un talibán de un estilo concreto. Hay muchas músicas, escenas y movimientos que en un momento dado de mi vida me han seducido y de alguna u otra manera ahí siguen latiendo con vida propia dentro de mí. Pero había que elegir una temática para el programa, y esa fue la de, vamos a ver si podemos definirla, la del punk-rock adolescente con influencia ramoniana. El programa se tituló “Canciones para una eterna adolescencia”, recordando una de las muchas viejas cassettes caseras que tengo por ahí desperdigadas por casa de mis padres, en las que recopilaba unas cuantas píldoras anfetamínicas y sonoras a modo de furioso diario sónico. Han pasado muchos años de aquello, pero el espíritu perdura. De modo que seleccioné unos cuantos temas que en fondo y forma pudieran carbonizar cerebros y chamuscar corazones (como diría Ignacio Juliá en su libro sobre Ramones para Cátedra), canciones eruptivas y volcánicas plagadas de rabia y angustia juvenil cuyas coordenadas fueran similares tanto en lo musical y melódico como en lo lírico. Admito que a veces tengo la inquietante sensación de que mi vida es un continuo ejercicio de nostalgia y de evocación de un tiempo ya vivido, como si mis mejores días ya hubieran tenido lugar. Pero por otro lado tengo el convencimiento de que precisamente gracias al impulso de aquellos recuerdos adquiero las fuerzas suficientes para seguir exprimiendo el jugo a esto que llamamos vida. Aquellas noches, canciones, conciertos y fiestas siguen siendo un trampolín espiritual desde el que arrojarme al formidable nihilismo de seguir viviendo en busca del festín constante pese a mis cuatro décadas de existencia. De modo que estas canciones funcionan como particular hermenéutica de mi vida, son las huellas de un trazado existencial en el que las patadas adolescentes de las que hablaban los Undertones en aquel descomunal debut que puso patas arriba la escena punk de Belfast siguen golpeando. 

Esta fue la selección musical, y más abajo tienen el enlace de Ivoox al programa, por si gustan de escuchar a este humilde Eyaculador tejiendo Palabras sobre algunas de sus canciones favoritas: 

RAMONES: “TODAY YOUR LOVE, TOMORROW THE WORLD”

THE ZEROS: “HANDGRENADE HEART”

EASTERN DARK: “JOHNNY AND DEE DEE”

HARD ONS: “DON’T WANNA SEE YOU CRY” 

HUSKER DU: “DON’T WANNA KNOW IF YOU ARE LONELY”

THE QUEERS: “TEENAGE BONEHEAD”

MR. T EXPERIENCE: “EVEN HITLER HAD A GIRLFRIEND”

PARASITES: “CRAZY” 

HANSON BROTHERS: “A NIGHT WITHOUT YOU”

THE DWARVES: “EVERYBODY’S GIRLS”

LOS VEGETALES: “EL ZODIACO DICE NO”

SHOCK TREATMENT: “ESTÁS PERDIDA”

DEPRESSING CLAIM: “DIME LO QUE PIENSAS”

AIRBAG: “TUS RECHAZOS GOLPEAN DOS VECES”

DICTATORS: “STAY WITH ME”    

Y lo pueden escuchar aquí: