viernes, 31 de mayo de 2013

TRAVESURAS


Cuando uno es pobre y proviene de familia humilde, sin grandes estipendios ni lujos ni posibilidad de disponer de rumbosos juguetes o videojuegos, encuentra en su imaginación el mayor aliado contra el aburrimiento. Así es como surge la adicción que algunos sufrimos por los juegos de palabras. La necesidad de mantener la mente ocupada. Nunca me había decidido a recopilar los que he ido pariendo... este puede ser un momento tan bueno como otro cualquiera... aquí va una pequeña selección.  







“La española, cuando obesa, es obesa de verdad”

“No por mucho madrugar, se amanece más trempado”

“Más vale pájaro hermano que ciervo cuñado” 

“Quien hace incesto, hace ciento”

“Esteta que la mano no cubre, no es esteta, si no Kubrick”

“Se comenta que Satanás es 60’s. Dicen que va de retro” 

“Una oujia puede permitirte contactar con Marilyn Monroe. Claro que también puede hacerlo con Adolf Hitler. En el segundo caso sería una ouija de puta”.

“Sólo juego al padel el 19 de Marzo. Por eso lo llaman el Día del Padel”

“En Méjico a los practicantes de karate los llaman karaztecas”

“Croacia es el país con mayor cantidad de ranas”

“¿Quién es más guapo?, ¿Peter O’Toole?”

“Una de las novias del Che Guevara quedó para siempre inmortalizada en un famoso busto del arte íbero. Es la conocida como Dama de El Che”

“El busto es mío”

“A sus pechos me remito”

“Las películas pornográficas suelen estar basadas en pechos reales”

“Las Papá Levante se casan con Mamá Ladilla” 

“Lo peor de las historias de Tarzán, es que se andan demasiado por las ramas”

“San Isidro Labrador, poco mordedor”

“Esto no hay quien lo Michael Pare”

“Donde las Georgia Dann las toman”

“Donde fueres haz lo que en Mieres”

“¿Asturias o trabajas?” 

miércoles, 29 de mayo de 2013

CHAIN GANG


“All day long they work so hard, till the sun is going down.
Workin’ on the highways and byways and wearing, wearing a frown”
(Sam Cooke, “Chain Gang”) 



Voy a ver a mi novia... voy al Misisipi...    



La historia de los trabajos forzados es prácticamente tan vieja como la del mismo hombre. ¿Qué hacer con esos cuerpos vivos de enemigos, prisioneros, o delincuentes?, bien, quizás puedan hacernos algún servicio. Ya que vamos a tener que mantener con vida a esos tipos, dotémosles de un pico y una pala y que se pongan a cavar zanjas o hacer carreteras.   

La noticia de que la Comunidad de Madrid ha aprobado una medida según la cual los ayuntamientos que así lo deseen puedan obligar a parados que actualmente cobran prestación o subsidio por desempleo a realizar lo que han llamado “trabajos temporales de colaboración social” parece, en efecto, un guiño a la filosofía de los trabajos forzados. Tenemos una serie de señores parados que están cobrando un dinero. Démosles pico y pala.  

Como me conozco el percal ya sé lo que pueden estar pensando algunos, esos a los que todo les parece bien y con tal de no verse unidos a ningún clamor “indignado”, así nos la sigan metiendo bien adentro. Hablarán de demagogia, claro, y de que este país que ha vivido por encima de sus posibilidades (en todo caso deberíamos decir que hay una elite viviendo por encima de nuestras posibilidades) no puede permitirse el lujo de tener a unos cuantos señores cobrando del estado (“Papá estado” como dicen muchos, en un intento de infantilizar el asunto, como si no fuera de justicia que un estado que se considerase como tal atendiese las demandas del global de su ciudadanía y no de los pocos que, estos sí, son los que viven por encima de nuestras posibilidades y sacrificio) Veamos por tanto las trampas que encierra el asunto. No son pocas. 

Para empezar hay que recordar que tanto la prestación como el subsidio por desempleo son un derecho legítimamente ganado por el trabajador (“por un derecho más que pierdan estos pringados” estarán riendo desde arriba, mientras siguen escupiendo y decimos que llueve), un trabajador que cuando ha estado en activo ha cotizado a la Seguridad Social viendo como parte de su sueldo iba destinado a tal efecto. Es decir, no haces sino recibir parte de lo que has dado. En este sentido conviene recordar, para que a nadie se le olvide, como las dos infames últimas reformas laborales (Zapatero en 2010 y Rajoy en 2012) han ido rebajando considerablemente las pequeñas facilidades con las que contábamos la clase obrera, con datos tan salvajes como que hemos pasado de percibir 45 días de indemnización por año trabajado en los casos de despido procedente a 20 días en, repetimos, tan sólo dos años. Un tijeretazo de más del 50%. Así de radicales se muestran estos filibusteros.  

Por lo tanto, que quede claro que estamos hablando de un derecho, al que por desgracia hoy día una gran parte de nuestra población no puede acceder. Y esa es laa cara más amarga del drama, los desempleados que ni tienen trabajo ni ningún tipo de ingresos. Sigamos viéndole las vergonzosas costuras al maldito plan pergeñado por la infame Ana Isabel Mariño (consejera de Empleo, Turismo y, ejem, Cultura de la Comunidad de Madrid, y desde ya enemiga pública de cualquiera que tenga un mínimo de orgullo y decencia) al amparo de su equipo de gobierno autonómico, con el cachorro de la lideresa Aguirre, el incansable viajero y amante de los áticos de lujo Ignacio González, al frente de todo ello. Uno de los aspectos más aberrantes de la nueva medida es la constatación de que el plan es urdido con la nauseabunda intención de bajar las cifras del paro en Madrid falseando los datos. En este sentido recomiendo asomarse al audio de la entrevista de esta mañana a dicha sujeto en la Cadena Ser (yo les transcribo): 

-Entonces, ¿la persona que comienza a trabajar en “el trabajo de colaboración social” sale o no sale de las listas del paro a nivel estadístico?

-Sí, claro, por supuesto.

-O sea, no es un parado oficialmente.

-Es un parado que está en las listas…

-Es un parado que está en las listas, es decir, continua, a nivel estadístico sigue siendo un parado, ¿verdad?

-Eh… a nivel estadístico es una persona que cobra prestación. 

-¿Es un parado o no?, es decir, ¿suma en esa lista que nos dan ustedes a final de mes o a principios de cada mes? 

-En el momento en que… no, no… ¡no no!, en el momento en que este parado se incorpora a este trabajo desaparece de la lista. 


Tremendo, ¿verdad? Este es el nivel que manejamos. Bajar el número de parados poniendo a trabajar en sus ayuntamientos a desempleados que legítimamente estaba cobrando su prestación, y que en ningún momento van a ser dados de alta ni firmar ningún contrato. Trabajos forzados, más claro agua. Pero la cosa arroja más artimañas. Como sabrán, en muchos ayuntamientos ha habido despidos masivos y EREs por doquier. Bien, podría darse por tanto el caso de que un determinado trabajador, dentro de lo que en estas instituciones se conoce como “personal laboral” (es decir, no funcionarios, si no mano de obra pura y dura), que haya sido despedido hace semanas o meses y ahora legítimamente (repetimos, legítimamente) esté cobrando una prestación, podría verse de nuevo trabajando en dicho ayuntamiento sin tener ningún contrato ni derecho ni cotización a la Seguridad Social. Simplemente recibiendo la misma cantidad que ya cobraba, más un pequeño plus (sólo faltaba), por esas ocho horas al día en el mismo sitio donde fue despedido, mientras puede aprovechar la noche para buscar un trabajo y un contrato de verdad, no unos trabajos forzados.   

De modo que amigos madrileños, si están ustedes cobrando la prestación o el subsidio por desempleo, vayan preparándose para cuidar nuestros jardines o arreglar nuestro alcantarillado. Eso sí, al menos no será necesario que lleven el consabido traje a rayas. Mientras tanto y milagrosamente veremos como desciende el número de parados, a la vez que misteriosamente no se firman más contratos ni hay más altas en la Seguridad Social ni disminuye el número de desempleados sin ingresos (al contrario, muy posiblemente y por desgracia, seguirá aumentando) 

Todo esto dentro de este clima de talibanismo reaccionario ultracatólico y conservador que nos hace remitirnos a lo sucedido el año pasado en Hungría y la imposición de su nueva constitución. Estamos retrocediendo peligrosamente, tan peligrosamente que algunos cerebros tampoco parecen capaces de evolucionar, y esto si que me aterra de verdad. Que seguiremos dominados por canallas a los que muchos no sólo no se atreven a hacerles frente, si no que aplauden sus malditas ocurrencias. 


A veces, más que palabras dan ganas de comenzar a eyacular fuego.  

viernes, 24 de mayo de 2013

AMOR DE MADRE





Hoy cumple la Lola 73 años. Ya les he hablado en alguna ocasión por aquí de ella. Los cumple a casi 400 kms de distancia de este humilde bandarra escribano que no puede ni abrazarla ni colmarla de besos, de 73 millones de besos que le daría. Ni siquiera un retrato digital que tan de moda están para felicitarla por alguna red social tengo a mano, tan sólo el teléfono y las palabras. Palabras que nunca leerá. Qué sabe ella de estas cosas del internet, la tecnología, y los ordenadores, cuando su vida fue siempre trabajar de sol a sol, y sin quejarse nunca. Y pienso lo privilegiado que soy de poder trabajar simplemente 40 horas a la semana y tener dos días libres. Lola nunca tuvo eso. Y tanto trabajar, Lola, para que ahora nos digan que no hay dinero, que no hay dinero para tu jubilación, ni para tus medicinas, ni para atender a tu marido dependiente. Que no hay dinero mientras se desvían cada año decenas de miles de millones de euros. Mientras ni un corrupto da con sus malditos huesos de ponzoña en la cárcel. Mientras los políticos y ex –políticos se emplean y pluriemplean, y emplean y puriemplean a familiares y amigos, como si descendiesen todos ellos del árbol genealógico del apellido Corleone. Mientras se rescatan bancos pero se cierran hospitales. Mientras se venden más Rolls Royce que nunca.  

Nos hemos acostumbrado a ser felices con tan poco, Lola, que se creen que aún pueden desangrarnos más. Porque no nos quejamos. Porque somos resignados. Porque la piedad cristiana que te inculcaron desde niña hace que le des gracias a la vida por lo bueno y por lo malo. Y es verdad, Lola, que somos felices con poco. Y es verdad que ellos son tan ricos que sólo tienen dinero. Pero cada vez que pienso en ti y pienso en ellos sé de que lado estoy, y de que lado quiero que esté el mundo en el que quiero vivir, y en el que debieran vivir los que vengan después de nosotros, cuando ya no estemos aquí y nuestras vidas hayan sido unas míseras gotas en un océano infinito de almas y sólo existamos en el recuerdo de quienes hemos querido.  

Sé que no te amargo el cumpleaños, Lola, porque sé que no leerás esto. Dios te guarde muchos años y que yo pueda disfrutar de la persona más sabia y fuerte que nunca he conocido. Nunca fue fácil soltarse de tu mano, por eso nunca dejé de hacerlo.   






“AMOR DE MADRE” GABINETE CALIGARI 

Cuando era enano me tomó
La mano y me la besó
Mi madre me enseñó
Primero a caminar
Solo, solito andarás
Y me hacia comer
Mirando un ascensor
Que había en el patio interior
Y a querernos los dos
Mi madre me enseñó

A no llorar en el colegio
Cuando ella no podía estar
A distinguir entre el aprecio
Que las personas me pudieran dar.

Mi madrecita me enseñó
A ver la vida como un señor
Y la cara de Dios
Mi madre me enseñó

Es amor de madre que me dio
Su estilo, su clase, su voz
Me decía que no
Te enamores jamás
De alguien que te pueda fallar
Y llevaba razón
Mi madre me enseñó

A resguardarme de la lluvia
Con un paraguas de verdad
A soportar todas las puyas
Que los malajes me quisieran dar.

Cuando era enano me otorgó
Su amor de madre, su corazón
Mi madre me enseño
A cantar con emoción
A no temer la maldición
Ni la cara de Dios
Ni la cara de Dios
Mi madre me enseñó

A querernos los dos. 

martes, 21 de mayo de 2013

EPÍLOGO


“Lo de que los hombres se dice, verdadero o falso, ocupa tanto lugar en su destino, y sobre todo en su vida, como lo que hacen” (Víctor Hugo, “Los Miserables”)  



La constante exaltación del Yo



Mourinho se va. Lo hace escribiendo su triste y último episodio en la final de Copa del Rey que sirve de perfecto epílogo a lo que ha significado su paso por los banquillos de nuestro fútbol y en concreto del Real Madrid que le ha pagado religiosamente la friolera de doce millones de euros netos al año, todo por ver engordadas sus vitrinas con una Copa del Rey, una Liga, y una Supercopa de España.    

Mourinho se va cumpliendo sobradamente las expectativas en torno a su mediático y excesivo personaje, superando ampliamente el ámbito futbolístico del que jamás debiera haber salido. De hecho podría decirse que el fútbol es el terreno en el que menos se ha movido. Hasta que punto él mismo ha sido el culpable de todo el ruido generado a su alrededor, o ha sido eso tan abstracto del “entorno”, es algo sobre lo que albergo la suposición de que todo el mundo maneja su propia opinión. No obstante la figura del personaje tratado en esta entrada es realmente suculenta a la hora de abordar ciertos temas podríamos decir casi sociológicos.

Para empezar asombra como una figura tan simple (y que no se me enfade su enorme e infatigable legión de admiradores) es capaz de generar tantas noticias, acaparar tanta atención, y recibir tantos focos. Hablamos, nadie lo olvide, de lo que no deja de ser un entrenador de fútbol, por mucha dimensión que se le quiera dar a un asunto que no tiene mayor trascendencia. No hablamos de ningún genio de las artes, ni de ningún científico que nos trae bajo el brazo el mayor descubrimiento de los últimos tiempos, ni de ningún filósofo o pensador revolucionario capaz de guiar a una humanidad desnortada. Ni siquiera hablamos de ningún maldito líder político. Sólo un entrenador de fútbol. Para ser más justos, un magnífico entrenador de fútbol, como atestigua su carrera y palmares.    

Cuesta entonces comprender como una figura reservada a un ámbito tan exclusivo y concreto, el de los campos de fútbol, se convierte en constante objeto de debate y personificación de diversas obsesiones, a favor y en contra, sin apenas término medio. Aquello donde Aristóteles nos advirtió que se alojaba la virtud, el equilibrio, no existe cuando el protagonista se llama José Mourinho. Quizás es que alguien que parece empeñado en tomarse la vida como un constante llamamiento a las armas no puede ser considerado de otra manera, pero si echamos una mirada sobre lo que algunos consideran una personalidad subyugante, vemos la facilidad de sus trampas y manipulaciones para convertirse en ese “special one” que proclamó a los cuatro vientos ser en uno de los más impúdicos actos de egocentrismo deportivo que podemos recordar, todo ello además en la mismísima tierra donde este juego nació, en principio bajo los valores deportivos y de caballerosidad en el país de los “sires”. 

La abyección del comportamiento de Mourinho parece indicar en un principio que nos encontramos ante un personaje acomplejado. Por ello necesita imperiosamente la necesidad de reivindicarse constantemente a si mismo. No es sólo satisfacer su inabarcable ego, si no también alimentar una autoestima que quizás no esté tan fortalecida como quiere demostrar ante el gran público. Ese mismo motivo le lleva a buscar en todo momento enemigos. Convertida la vida en un campo de batalla donde tener siempre alguien a quien enfrentarse, Mourinho esquiva así enfrentarse ante el espejo de su debilidad, es decir, encontrarse consigo mismo. De este modo, mientras reparte estopa a diestro y siniestro (rivales, compañeros, periodistas, jugadores, ex –jugadores, árbitros, calendario y hasta UNICEF si se pone por delante), el propio enfrentamiento consigo mismo con la lógica carga de autocrítica que ello supondría no llega nunca a tener lugar. La culpa siempre será de algún elemento externo. Este victimismo es absolutamente clave para comprender la influencia del personaje en sectores muy concretos de la población. El victimismo es un arma que manejada hábilmente granjea incontables adhesiones. En política se sabe bien. Y más concretamente en política nacionalista. Cierren las fronteras, atrinchérense alrededor del líder. Nadie nos quiere. Nos desean el mal. Es hora de levantar las armas y luchar. Premisas que sirven para comprender como a lo largo de la historia han sido numerosos los sujetos de inteligencia limitada que sin embargo a través de un grosero comportamiento e incendiario verbo han logrado tener enfervorizadas masas detrás suyo siguiendo sus consignas a pies juntillas sin la mínima capacidad de análisis. El líder victimista además de sugerir que todo sucede por una campaña orquestada en su contra y en la de los suyos se ofrece como único salvador posible y parapeto frente a todas las injusticias. Por ello es capaz de dar lecciones de, en este caso madridismo, aún a pesar de ser un recién llegado y de incluso haber trabajado para el eterno rival anteriormente.

En muchos sentidos podría resultar hasta comprensible la fascinación que es capaz de ejercer un personaje como José Mourinho. Se nos presenta como un gamberro dionisiaco cercano al Mr. Hyde que todos llevamos dentro. Un rebelde. Un inconformista. Un tipo que no le gusta respetar normas ni convenciones. Un ser puramente libre… el problema es que todos estos argumentos se vienen abajo cuando uno analiza seriamente la realidad del personaje. Y esta realidad nos habla de un millonario privilegiado que lo ha ganado todo y tiene la inmensa fortuna de poder vivir de lo que le gusta. Un entrenador caprichoso y consentido que rompe contratos a su conveniencia, un niño mimado al que le han dado todo lo que ha pedido, incluyendo la cabeza de alguno de esos enemigos que él mismo ha creado en bandeja de plata si era menester. Es entonces cuando a uno se le caen todos los argumentos y se da cuenta de que hay gente a la que no merece la pena reírles las gracias ni bailarles el agua, y decide guardar su admiración y respeto para quien de verdad lucha desde la adversidad, no desde la cúspide de la pirámide.  

Mourinho se va, finalmente, siendo fiel, y esto hay que reconocérselo, a su “modus operandi”. Una vez más no cumple su contrato y mantiene su media de tres o dos años en la misma empresa, esa a la que no tuvo reparos ni vergüenza en jurarle amor eterno y erigirse como el líder mesiánico que estaban esperando. Se va dejando tierra quemada sobre la que tardará en crecer la hierba, dejando señalados a algunos de los mejores profesionales que el Real Madrid ha tenido en mucho tiempo (Casillas, Ramos…) Vino haciendo ruido y se va a lomos de un trueno, autoexpulsándose en una final y faltando al respeto a la institución que en 1920 otorgó a la empresa que le ha pagado 12 millones de euros al año el nombre de Real. Manejando los presupuestos más altos jamás conocidos por este club y con la mayor libertad que jamás haya tenido un técnico, compaginando esa labor con la de general manager por primera vez en la historia del Real Madrid y como condición indispensable para no haber abandonado la nave blanca aún antes… todo ello para haber obtenido en tres años las mismas ligas que su odiado Valdano o que Schuster, las mismas copas del rey que Benito Floro o las mismas supercopas que Carlos Queiroz. En ese lugar de “leyenda blanca de los banquillos” se va a instalar la historia de José Mourinho en el Real Madrid, mal que le pese a su ejército de fanáticos, empeñados en manipular la tozuda realidad.    

Por encima de él permanece incólume el mandatario que permitió todo esta afrenta al sentido común, un Florentino Pérez cada vez más nocivo para el Real Madrid y para el fútbol en general… pero esa es otra historia. 


martes, 7 de mayo de 2013

ALGO HUELE A PODRIDO EN PENSILVANIA


Hace tiempo que tengo en mente hablarles acerca de una reciente teleserie de la productora Cinemax (filial de la todopoderosa HBO) que supuso para mí todo un descubrimiento y como no podía ser de otra manera me devoré su primera temporada (diez episodios) en menos que Mourinho monta un incendio en el vestuario del Real Madrid. Vaya por delante que hablamos de un programa enteramente integrado en los parámetros de la acción policíaca y el género detectivesco y criminal, con lo cual si no es usted aficionado a estas temáticas dudo mucho que el producto capte mínimamente su atención. Hablo de la excesiva, salvaje y violenta “Banshee”, estrenada en Enero de 2013 en Estados Unidos y que de momento no conoce proyección en nuestro país. Se trata de una serie explícita en violencia y sexo, y sucia, muy sucia, una suciedad, podredumbre y corrupción que se respira en cada momento de todos y cada uno de los capítulos. Ahí es donde radica la auténtica violencia de “Banshee”, más allá de la continua exhibición de peleas, tiroteos, persecuciones y auténticos baños de sangre. La violencia y suciedad de unos personajes moralmente corrompidos y cuyo hedor a mezquindad es capaz de traspasar las fronteras catódicas y llegar hasta las mismas narices del espectador.     


En "Banshee" nada es lo que parece.


La acción se desarrolla en una pequeña y en principio apacible población de carácter rural del noreste estadounidense, concrétamente en el estado de Pensilvania. Una pequeña villa con un importante predominio de población amish que convive (o malvive) junto a toda clase de “white trash”, “rednecks”, borrachos y demás gentes poco recomendables cuya subsistencia se basa trabajando en la industria cárnica para un amish renegado y expulsado de los suyos, descendiente de inmigrantes holandeses, y que responde al impactante nombre de Kai Proctor. En realidad se trata de un cacique criminal quien con puño de hierro y gracias al lenguaje del miedo maneja a su antojo todo lo que sucede en el pueblo pese a los intentos del joven e idealista alcalde y del fiscal del condado (los dos únicos personajes con cierto sentido ético en toda la trama) de acabar con su dictadura de sangre y terror. Bajo la pacífica y luminosa apariencia de una idílica aldea en la que todo el mundo se conoce y podrías dejar abierta la puerta de tu casa por las noches subyace todo un mundo de miseria moral, depravación y delincuencia. Un sheriff que en realidad es un ex –presidiario; la ejemplar ama de casa, madre de familia y esposa del fiscal, quien no es otra cosa que la ex –novia del citado sheriff, además de una hábil ladrona y experta en artes marciales, hija a su vez de un peligroso ganster ucraniano (acertada recuperación del célebre actor británico Ben Cross) al que ambos han tenido la desafortunada idea de estafar. ¿Les parece poco? Pues tenemos también a una jovencita amish (sobrina de Proctor) que por las noches se quita su recatado vestido para ceñirse minifaldas y buscar la cama de nuestro amigo el falso sheriff; un ex –campeón de los pesos welter que regenta un bar salpicado de whisky y sangre; un jefe indio y su hijo dispuestos a meterse en el mundo de los negocios a través de la construcción de un casino; la rebelde hija de dicho jefe que vuelve al redil con su padre moribundo; un hacker travestido; el inquietante subordinado de Kai Proctor, una especie de Waylon Smithers que no duda hasta en asesinar por su amo, e incluso una viuda capaz de acostarse con el asesino de su marido en el calentón de una noche. Tampoco faltan, como no, los menores problemáticos, en este caso gentileza de la pareja formada por el fiscal y la ladrona regenerada. Una adolescente en plena edad del pavo con ganas de rebelarse y flirtear con la mala vida y un chaval en pubertad aquejado de una enfermedad pulmonar y respiratoria que parece ser una fibrosis quística (muy de moda en las teleseries, vean si no “Bates Motel”)   


Las chicas amish también saben divertirse


Este viene a ser el paisanaje humano que deambula por “Banshee”, todo ello envuelto en una atmósfera negra negrísima no tanto en las formas (absolutamente explicitas y excesivas) si no en un fondo en el que apenas se distinguen líneas de separación entre villanía y heroicidad y en la que todos los personajes adquieren en algún momento un semblante ciertamente tenebroso. La serie gustará a los amantes de los excesos, que disfrutarán de los tics tarantinianos y peckimpahianos que ofrece el espacio. El sexo palpita de modo salvaje a cada fotograma, impelido por la fuerza de la protagonista Ivana Milicevic, cuya sola presencia en pantalla enerva cualquier pulsión sexual. A su lado una diosa carnal como la joven Lili Simmons asegura la excitación catódica, y el neocelandés Antony Starr cumple como atormentado antihéroe de mirada quebradiza pero férreos músculos erectos. A través de los diez episodios de esta primera temporada lógicamente se suceden los altibajos, decepcionando terriblemente el final, que prometía una especie de revisión de “Grupo Salvaje” y acaba tornándose en un remedo de “El Equipo A” con una fiesta de balas y metralla en la que milagrosamente apenas hay heridos. Una pena. Aún así no ha logrado quitarme el magnífico sabor de boca general que permanece en mí después de haber disfrutado de este pantagruélico banquete de sexo y violencia, con imágenes que perduran todavía en mi retina pese a hacer ya varias semanas que finalicé el visionado de la temporada. Una de las más poderosas es aquella en la que después de una impresionante pelea entre Kai Proctor y el falso sheriff Lucas Hood (el personaje principal, interpretado por Antony Starr, y de quien en realidad no sabemos su auténtico nombre en ningún momento), ambos contendientes exhaustos y desangrados cesan su combate para hablar de negocios y ayudarse mutuamente en ciertos asuntos. El acuerdo es sellado a través de una botella de Chivas Regal que Proctor cede a Hood para que eche un trago tras el monumental reparto de puñetazos. Entonces vemos al jadeante protagonista beber de la botella en cuyo interior la sangre que mana la boca de Hood se mezcla con el alcohol encerrado en el cristal. Puro asco, pura fealdad, pura suciedad, pura vida. Esa sangre que se abraza religiosamente al whisky metaforiza la calaña a la que pertenecen los protagonistas de “Banshee”, tanto el héroe como el villano. Y es que parafraseando al soldado Marcelo de “Hamlet”, una vez conocidos los entresijos del pequeño pueblo amish de Banshee, no cabe duda de que algo huele a podrido en Pensilvania.    


Si no te chivas te paso el Chivas.


viernes, 3 de mayo de 2013

JÓVENES VIEJOS PUNKS


Que curioso. Acabo de encontrar un texto escrito hace años con motivo de la llegada de un buen amigo mío a esas cuatro décadas de edad que recientemente yo mismo he traspasado. Lo escribí a petición de su hermano, quien deseaba realizar una pequeña antología de la banda de música punk-rock que ambos habían perpetrado en los 90 (y a la que esporádicamente resucitan) y necesitaba de un texto introductorio e ilustrativo. Y esto fue lo que salió.  





¡ESTO ES LO QUE NOS HA TRAÍDO LA DEMOCRACIA! 

Sí amigos míos, permítanme que humildemente les pida que me ofrezcan su atención durante los instantes que les llevará leer estas humildes y breves líneas. Sin duda estarán escuchando la COPE, rezando el rosario, o intentando resolver el enigmático sudoku de nuestro buen periódico La Razón.

Verán, quiero hablarles de una pequeña y hermosa región del noroeste español llamada El Bierzo, concretamente su capital, Ponferrada. Tierra de buenos caldos y jugosos manjares, tierra que parió a insignes personajes tales cuales Amancio Prada, Luis del Olmo, o Jorge Morán. Tierra, y esto es lo grave, que a mediados de los 90 se vio agitada por las actividades de unos jóvenes bárbaros que influenciados por una no menos bárbara cultura anglosajona llamada "punk", convirtieron la plácida y quieta vida de los bercianos en un infierno del que muchos aún no se han podido recuperar. Créanme cuando les digo que aún se me erizan los vellos púbicos al recordar aquellos años de ignominia y barbarie. 

A la cabeza de todo aquello se encontraban dos hermanos, Carlos y Víctor, buenos cristianos en los primeros años de su vida, pero a quienes la pérfida influencia de esos discos de vinilo provenientes de los salvajes y hedonistas países de habla inglesa desvió irremediablemente en su camino en la vida y en los designios del Señor. No tardaron estos dos incivilizados mequetrefes en comenzar a aporrear unos rudimentarios instrumentos musicales, imitando a sus infames ídolos de horribles peinados y extrañas vestimentas, así el mencionado Carlos rasgaba las cuerdas de una ruidosa guitarra eléctrica (despreciando toda la rica cultura de guitarra española que ha tenido nuestra soleada España), como si de un simio despiojándose se tratara, mientras que su hermano pequeño aporreaba compulsivamente una batería recordando a los monos de "2.001 una odisea en el espacio". Su suerte estaba echada, y su vida definitivamente tirada por la borda. No tardaron, por si aquello no bastase, en rodearse de otros sujetos igualmente poco recomendables, recuerdo un guitarrista proveniente de un comunista país asiático, un espigado bajista de tez blanquecina y dudoso respeto por la salud de su hígado, y sobre todo un extraño personaje de cabeza rapada y aspecto amenazador al que, por si tenían alguna duda de que tipo de gente estamos hablando, les diré que apodaban "el rata". Un elenco realmente aterrador que tenía atemorizados a los tranquilos habitantes de la noble ciudad de Ponferrada. Con los años incluso fueron reclutando a nuevos jóvenes quienes, igualmente parecía que iban a tener una vida ejemplar como ciudadanos y padres de familia. Un nuevo bajista llamado César, y se habla de que en los últimos tiempos un trasunto del protagonista de la serie "Me llamo Earl", al que llaman Brit (es conocido es que las bandas de delincuentes siempre utilizan nombres en clave para asi burlar mejor la vigilancia de nuestras fuerzas del Estado), se han unido a estos salvajes en una reciente reunión veraniega en medio de las montañas bercianas, en un akelarre secreto del que apenas pudimos conseguir información para alertar a los ciudadanos de la peligrosidad de estos individuos. Realmente sus tácticas no tienen nada que envidiar a las del Mossad israelí, pueden creerme. 

Como todas las bandas de delincuentes juveniles, estos descarriados muchachos tenían sus lugares predilectos de reunión, locales donde corría el alcohol y las mujeres se insinuaban a ellos sin el menor decoro. Tabernáculos como el Cafre, Baby Rock, Saloon, El Punto, Metrópolis (posteriormente Morticia), Taberna Campillín, Barracuda, y sobre todo una, en principio sala de jazz y música culta, pero que a la postre se descubrió ser una tapadera que servía de punto de reunión a fanáticos del punk, garage, soul y demás músicas perniciosas para nuestra juventud, conocida como Sala Quijote. Locales regentados por sujetos igualmente de baja catadura moral, donde estos muchachos infernales eran jaleados cuando llevaban a cabo sus nada honestas acciones. 

Sus conciertos eran apologías del travestismo (se sabe que tenían especial predilección por salir al escenario con ropas de mujer), sus letras odas al desenfreno, y su música una invitación a esos arrítmicos bailes a los que llaman "pogo". Todo siguiendo los dictados de ese punk que tanto daño ha hecho a esta nuestra sociedad. Para burlar a nuestra sagaz policía, cambiaban constantemente de nombre (Rednecks, Ramongoles, Sangritas...), su número de acólitos crecía peligrosamente, el daño estaba hecho, el mal había triunfado. 

Es duro tener que recordar todo aquello, pero me veo en la obligación. Algunos de estos sujetos ya tienen hijos, a los que sin duda tratarán de iniciar en estas malas enseñanzas del rock and roll, en esos discos que esconden en sus surcos la auténtica semilla del mal. No obstante, como buenos cristianos que somos, y siguiendo las enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo, sabemos perdonarles, y sabemos que en el fondo de sus almas aún esconden su pureza primigenia. Por eso, en estos momentos en que su peligroso líder Carlos García Molina, alias "Bigas", cumple 40 años, pedimos a Dios con toda la fuerza de nuestras oraciones que por fin sienten la cabeza, que disuelvan esa ignominiosa asociación que han formado, y que dejen de una vez vivir a los sencillos y buenos habitantes de Ponferrada en paz y tranquilidad. 

Gracias por vuestra comprensión, mis amigos y a la vez hermanos. Siempre vuestro... 

Reverendo Damian J. Kubrick    


Bigas Redneck en acción. Sala Quijote. Mid-90's.