martes, 29 de enero de 2013

ENFERMERA DE NOCHE, ÚLTIMOS ESTERTORES

Llevo varios días sin actualizar este blog, dedicado al "otro", algo tan prosaico, pensarán algunos, como el mundo de las canastas, y razón no les falta, de modo que me he puesto a buscar algún viejo destello, algún relámpago de antaño, algún trueno furioso con el que seguir alimentando esta página y a sus seguidores si los hubiere... y he encontrado unos viejos poemas cuya fecha de nacimiento no puedo recordar, pero imagino que estarían dentro de la época de mi poemario "Enfermera de noche" que he ido desgranando en pedacitos, cual Jack The Ripper de los versos, por estas páginas... los he encontrado dentro de una recopilación de poemas de jóvenes autores bercianos que a decir verdad desconozco si llegó a publicarse... a esto he llegado en la vida, a ser un perfecto desconocido de mi propia literatura... sea como fuere, considérenlos los últimos estertores de esa enfermera de noche impúdica, maldita y oscura que alguna vez azotó mis neuronas...      


"Chat au clair de lune" (Theophile Alexandre Steinlen)






Siempre llueve sobre las almenas de tus ojos

Siempre llueve sobre las almenas de tus ojos
y sobre los orificios de tus dudas,
de tus veinte años y tu alma rota
y tu herida desconsolada de un vientre sincero.

Te arrimas a la vida con voz de velero,
con una mirada de aliento nostálgico
y un beso de perdón sobre las rodillas
de las pequeñas aventuras que vivimos juntos.

No intentes descifrar mi mirada,
ni los jeroglíficos de mis arrugas.
Sólo piensa en la tormenta que se vacía en tus senos
y en tus veinte años y tu alma rota.



VUELA PLUMA

Grande es la noche que nos cobija,
pequeño el aliento que nos reprime,
grande es la noche,  el vino, y el alma,
y los pasos ensangrentados... 

Las estrellas dictatoriales marcan el destino,
sólo podemos seguir el rastro de la sangre,
la muerte segura,
la Luna,
el amor maldito
y los cohetes... 

Besos de extrarradio, películas del infinito,
años caducos, edades perdidas,
camisas magulladas y cuellos de limosna...

Perdón,
al maldito Edén por nacer tan puro y morir tan pobre,
por abrazar el Mal y la Belleza
y robar los misterios de la Vida.   

Perdón,
al maldito Dios por andar descalzo y roer sus ojos,
por lamer la Tristeza y la Miseria
y robar los misterios de la Vida.  

Perdón,
al maldito Amor por toser tan alto y tan fuerte gritar,
por besar la Muerte y  el Espanto
y robar los misterios de la Vida.    



bencedrina y seducción

Huelo tus huellas melancólicas y colecciono tus lágrimas,
te amo en un segundo,
en una conspiración silenciosa de jadeos,
en un atardecer de minutos infinitos.

Podría seguir tus pasos hasta el fin de los días
y el principio de la locura,
podría besar tus labios manchados de cicatrices
y podridos de bencedrina.

Podría iniciar una revolución,
o secuestrar al presidente de un país occidental,
o podría también escribir a mano todos los pecados que cometimos juntos.                                                              


Podría cortarte en pedacitos y venderte por cupones,
o quizá subastar tu número de teléfono y la dirección de tu camello.
                                                                                  

Podría también lamerte pero me saldrían llagas en la lengua
y la congestión se convertiría en gula.

Prefiero saberte, y de tus sábados,
y ser la comida de tu gato
y el juguete de tus niños,
y escribir tu nombre en los retretes
y tu firma en los retratos,
y vomitarte piropos
y tragedias en formas de verso.

Sabes que no tengo rima,
sólo nicotina en los pulmones.                                                                                



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