miércoles, 19 de diciembre de 2012

LADY CHANCLETA

Ahora que está a punto de entrar el invierno aquí les dejo un pequeño divertimento surrealista, un delirio, tal y como lo escribí en verano del 2009. En realidad no era más que una broma para unos amigos. Algunos reconocerán quienes se encuentran realmente debajo de los ficticios personajes, pero la mayoría de ustedes imagino que no entenderán nada en este texto plagado de guiños más privados que el futuro de la sanidad española, lo cual para mí supone el auténtico placer del surrealismo. Modestamente, creo que se nota la influencia de quien era para mí un auténtico maestro como Luis Sánchez Polack.    

("La violación", Rene Magritte. 1934)



LADY CHANCLETA

Sucedió la noche de autos, croquetamente ella conducía un Opel Porsha, mientras que yo me desplazaba por la ciudad con mi viejo Flasherati, cual libélula asustadiza, libre y dionisiaco, como los animales locos, con la marca del hidecabra tatuada en mi frente… 

Yo, Petón, soy felino por naturaleza, y en verano me transformo en una manada de lobos, así es mi ser. 

Recibí un aviso de mi sobrino el talaverano… cuando quiere que acuda a su encuentro, utiliza un viejo truco que aprendió en la tribu de los Brady… se asoma a la ventana (eres la chica de ayer) y asoma su enorme cabezón, entonces dispara sobre su grandiosa almendra un rayo de luz con su linterna de los jóvenes castores, proyectando en el cielo de la ciudad la azofaica sombra de la forma de su cabeza… entonces, en ese momento, sé que debo coger el Flasherati (también llamado Petonmovil) y acudir una vez más a nuestra sede social: El Flor de Gredos. 

Llegué allí más o menos a tal hora, nada más entrar por la puerta la vi a ella… la visión más perfecta y cosmochancletera que jamás hubiera podido imaginar… estaba pelando una aceituna y chupando el hueso, mientras que se metía un mondadientes por el culo… era una escena adorable de la que me sacó la camarera, mi amiga Melinda Surcacuellos, cuando me dijo: “Señor Petón, tiene usted cara de bostoniano” 

Sabía que aquello me iba a acarrear no pocos problemas, podía haberme dicho “Señor Petón, tiene usted cara de mejillón en almíbar” o “Señor Petón, parece usted hoy un poco venusiano”, pero no, tuvo que decirme que tenía cara de bostoniano. 

A pesar de eso seguí absorto, como un croissan sumergido en una taza de café, embelesado en la contemplación de aquella majestuosa dama de alta cuna y de baja cama… tenía las orejas corvas y las formas un tanto simiescas, pero chupaba un terroncillo de azúcar con tanta gracia que al mirarla sólo pude exclamar “jijijijijijijiji” a lo que ella respondió “clonk clonk chis puiiiiii”, aquello era amor… 

Me hizo un natalieseseña y me condujo a los baños prohibidos del Flor de Gredos, allí se desató la lujuria y me confesó entre las pequeñas paredes de aquel habitáculo con aroma a condones y cagadas flotantes del Orinoco: 

-Hola Petón, soy Lady Chancleta. 

-Pues te toco una teta.

-Ah, loco, ¡vos sos rimador! 

-Así es Lady Chancleta, me pierde la rima, los bocatas de panceta y el ketchup Prima. 

-¡Pero vos sos loco, quitáte la careta, loco!

-¡Lady, puedes llamarme Loco de Lailo!

-¡Ah, que hombre!, ¡ven, devórame otra vez! 

Y sin mediar palabra cogió el cuerpo de este hombre llamado Petón y lo atrajo hacia si con una fuerza inusitada y ahí me aplastó entre sus prietas carnes mientras yo trataba en vano de implorar socorro. 

Salimos del baño ante la mirada acusadora de todos, yo demacrado, notábase que había perdido varios kilos… entonces, de repente, se abrió la puerta del local y pareciera que un viento huracanado entró de repente… era mi sobrino, sudoroso, con cara de Bélmez, y con el estupor y el sobresalto grabado a fuego en su mirada de macho latino… me fijé que iba vestido de folklórica y llevaba un pelicano colgando de su culo…

-¡Tío Petón!, tengo que avisarte, ¡corres un grave peligro!

-Sobrino mío, vas vestido de folklórica y llevas un pelicano colgando de tu culo…

-¡No es un pelicano, es una boa constrictor disfrazada, pero eso puede esperar!, ¡he de avisarte, una peligrosa mujer llamada Lady Chancleta ha simulado mi cabezaseñal de alarma para atraerte hasta aquí, huye de ella como de los cedes de Camela! 

-Demasiado tarde- irrumpió la citada Lady Chancleta con voz de volcán- ¡ja ja j aja j aja j aja, Petón es mío!-dicho lo cual mi sobrino echó a llorar llevándose las manos a la cara… 

-Oh no, mi tío, mi héroe-dijo-a partir de ahora serás bailarín de bachata y llevarás chancleta 4 días por semana. 

-Que disparate, sobrino mío, sabes que yo jamás llevaré chancleta, te lo juro por San Brian Jones.

-No, tío Petón, no sabes el auténtico poder de esta bruja despendolada, ¿recuerdas porque la fangoria dejó de llevar chelsea boots para llevar chancleta?, no fue por las amenazas del Dr. Simón, no, fue porque él también cayó a los pies con chancletas de Lady Chancleta. 

…y así fue, amigos míos, como huí del Flor de Gredos con una mano delante y otra detrás, oliendo un pañuelo de tela con una C. bordada, y cantando para mis adentros “devórame otra vez…” 

Otro día os contaré como rompí el hechizo, pero tengo que darle de comer a la boa constrictor disfrazada de pelícano que colgaba del culo de mi sobrino. 

Saludos, mis amigos, Petón os desea un buen verano, con el pepino en la mano. 

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